miércoles, agosto 16, 2006

Y... todo por un beso


No crean que es fácil hablar de esto, más cuando he vuelto a recordar lo iniciado en ese beso, en una tarde de septiembre. Todo esto comenzó cuando mi hermano estaba aproblemado por haber "atinao" con su mejor amiga, aquella, según él, que lo entiende y acepta tal cual es. Al intentar buscar un consejo de hermano mayor, se me vino el recuerdo de como se inició mi actual y especial relación.

La Silvi llegó a mi vida por obra y gracia del chat. Después de largas charlas, de mails, de traspaso de números y finalmente, nos conocimos (Quien se esté emocionando en este momento, cuidado, este primer encuentro fue todo menos romántico). Pero igual seguimos hablándonos, escribiéndonos y de vez en cuando, viéndonos. Pero, en cierta tarde, en una invitación a comer a mi dpto, y frente su inofensiva (o sugerente) petición de un masaje, todo comenzó. En primer lugar, apareciron los nervios, luego un beso y tras el, todos los demás (y no solo los besos, pero como tengo lectores menores, censuraré lo que obviamente no tiene sentido hacerlo, jaja) ¿La amistad había sido traicionada? ¿Me sucedió lo de mi Hermano? ... puede ser. Pero estas preguntas ya carece de importancia.

Seguía la conversación y la cátedra fraternal de las experiencias vividas, cuando solapadamente recordé los hechos que fueron dando origen a lo que ahora es presente. Querido lector, aquí comienza la ironía, si has pasado por lo que yo... sabrás entenderme.

En la época de ese beso, yo gozaba la soltería, tenía club de tobi y todo lo que un soltero quisiera tener. Y así creí estar hasta que que encontré una polera que no era mía: ella la dejó. La tengo Loca!
Tampoco me extrañó encontar un par de calzones, ya que en mi mente masculina y poco detallista, el cambio de prendas era necesario y solo era cuestión de higiene. ¡Que torpeza!. Ya que no fue solo eso, con los calzones llegaron las calcetas, el shampoo, el jabón, las pinturas, las cremas, el desodorante hipoalergénico sin olor, los algodones, las colonias de guaguas, los cd's, y más aún, el orden, el cepillo y la pasta de dientes, el cepillo para el pelo, los cambios de sábanas, los protectores diarios y los otros... y sentí temor. Ese antiguo terrunio masculino estaba siendo invadido, y lo que es peor, dominado.

Y en esto estoy aún... Pero ya sin recelos, maduro (creo), responsable, yerno ideal, tío ejemplar, un hombre centrado... ¿faltará algo más?

Espero que mi hermano no haya sabido leer las reacciones nerviosas y los tic's en mis palabras. Pero obviamente no se lo mencioné. Prefería la retorica y que él descubra lo que le espera.